lunes, 10 de marzo de 2014

Pedro Serrano Conde


Al siguiente día de aquella tragedia, los navegantes y el capitán se pusieron en marcha a por el barco francés. Cogieron cuerdas, ganchos , etc y armamentos por si volvían a atacarle los alemanes.
Todo estaba preparado y los franceses se pusieron en marcha a por el barco francés. El primero que se tiró fue un navegante especializado en bucear, pero a lo que le tenían miedo era a la orilla porque allí, era donde se encontraban la mayoría de los tiburones.
Unas horas más tarde vieron que se iba acercando el barco alemán por el fondo, pero ellos ya tenia el barco casi ''en las manos''. El barco hundido pesaba unas 5 toneladas con lo cuál era muy difícil extraerlo.
Al final de todo los navegante ataron aproximadamente 20 cuerdas y estiraron, pero cuando ya lo tenían casi flotando, las cuerdas se rompieron y el barco volvió a quedar otra vez hundido.
Los navegantes tristes se pusieron furiosos, no sabían que hacer y el capitán le echó una buena bronca. Ellos dijeron que lo intentarían otra vez , pero el barco alemán cada vez estaba más cerca y ellos venían armados aun más.
Jake avisó al capitán que cada vez se iban acercando más y Jake le dijo que era la hora de activar los cañones por si le atacaban. El barco todavía estaba hundido, y ,ellos ahora se centraban en cómo atacar al barco alemán.




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