lunes, 31 de marzo de 2014

Manuel Anguita Ibáñez
El capitán, furioso dio la orden de sumergirse en el agua de nuevo y enganchar las cuerdas al barco. Jake, atento, transmitió la orden a los tripulantes. Al agua bajaron tres tripulantes que ya habían bajado alguna que otra vez al agua. Los tres, con miedo de algún peligro, no tardaron en atar las cuerdas en los sitios más importantes del barco. Al volver, solo subieron dos, aún faltaba Michael, el pirata más joven del barco. Los dos volvieron al barco, y el capitán les preguntó que donde se encontraba Michael, y los dos respondieron a la misma vez “desapareció...”, el capitán triste, dio la orden de buscarlo por toda la zona de
inmediato, pero no se encontró nada... Uno de los tripulantes dejó las cuerdas en el suelo sin nadie que las vigilara.

Al día siguiente, Jake se levantó y se fue directo al comedor a desayunar. Morgan, un tripulante, salió a darse un paseo por la proa del barco. Jake tomándose sus magdalenas con un zumo de naranja recién exprimido, oyó el grito de alguien proveniente de la proa. Enseguida se dirigió hacia allí, se trataba de Morgan que había visto el cuerpo de Michael flotando
en el mar. Jake, rápidamente avisó al capitán para que se dirigiera hacia allí. Al cabo de unos minutos el cuerpo fue rescatado, pero por desgracia estaba muerto... Los tripulantes, tristes, llevaron ofrendas a Michael y objetos que le pertenecían. Al cabo de unas horas, el capitán ordenó sacar de una vez el barco del mar. Así que le preguntó a uno de los compañeros del fallecido que donde habían dejado las cuerdas atadas. Un tripulante contestó que no lo sabía
y otro contestó que las había colocado en el suelo al lado de unos barriles de comida. Los piratas registraron todo el barco, pero no había rastro. Un pirata avisó al capitán de que algo estaba flotando en el agua, y al parecer estaban cortadas. Todos se preguntaron que quién había podido ser, pero no hubo respuestas... Más tarde pusieron rumbo a la isla de Alejandría. Cuando pisaron tierra firme no tardaron más de tres segundos en oír dos disparos al otro lado de la isla. El capitán mandó refugiarse en el barco y cargar los cañones por si
pudiera suceder algo. Por la derecha se asomó una bandera, el capitán ordenó que se subiese alguien a lo alto del mástil. Al asomarse, Strungard, se trata del tripulante que se subió al mástil, cogió el catalejo y observó la bandera alemana hundiéndose en el agua. Strungard no tardó en decir que habían caído los alemanes. Todos alegres lo celebraron con una gran fiesta.
Pero Strungard vio algo más, se asomaba la bandera de Barba Negra. Todos aterrados escaparon rápidamente de ese lugar.



Era sábado por la mañana y los tripulantes abandonaron la zona. Al estar mar adentro todos se tomaron un suspiro muy grande, pues pensaban que hoy era el último día de sus vidas. Al mediodía todos se reunieron en el comedor para comer. De un portazo entró el capitán muy enfadado, alguien había arrancado el ancla del barco, el capitán preguntó a todos los del barco, pero nadie había sido... Jake pensó que era muy raro lo que estaba sucediendo en el barco esos últimos días; el desaparecimiento del cuerpo de Michael aunque luego apareció, el corte en las cuerdas, y ahora el ancla. Jake, confuso intentó averiguar algo pero no lo consiguió. Algunos pensaban que se trataba de la maldición de Barba Negra, pero otros pensaron que era una bobada. Un hombre viejo se levantó y contó la historia de la maldición.
He aquí la siguiente:
“Érase una vez un señor llamado Bakal, procedente de la India que surcó los siete mares en solo un año, este señor, a lo largo del tiempo fue adquiriendo experiencia y a la vez maldad. Un día de camino a las islas del sur, se encontraron con los alemanes, y se desencadenó una gran lucha, los alemanes cargaban los cañones mientras que los hindúes colocaban las tablas en su lugar, mientras ocurría semejante guerra, Bakal escapó a las islas, y no se le volvió a ver, hasta entonces Bakal fue aprendiendo cosas que otros piratas no conocían, había aprendido la supervivencia durante 10 años, técnicas de lucha, entrenamiento, e incluso había desarrollado la brujería. Unos 20 años después, Bakal fue arrasando cada barco con su tripulación, hasta que un día llegó al último mar que le quedaba, allí recibió el nombre de Barba Negra, por su lucha contra el bien, se le conocía como el hijo del demonio, el rey de la oscuridad... Desde entonces nadie se ha enfrentado a Barba Negra, sólo han podido ser los
únicos los ingleses.”



Todos, aterrados, se lo tomaron muy enserio. Por la noche Jake, se fue a su hamaca, ya que mañana tendría un día muy duro.

lunes, 24 de marzo de 2014

María José Vílchez López


Pasaron los minutos y los piratas estaban mas y mas angustiados porque no sabían lo que hacer, el barco alemán ya estaba muy cerca. Los alemanes intentaron atacarles, pero como ya ellos tenían los cañones preparados y no les paso nada, así que “perdieron” los alemanes. Al cabo del rato Jake le dijo al capitán:
-¡Capitán! Tenemos muy buenas noticias los alemanes se han alejado del barco francés ya es todo nuestro.

  • ¡Que alegría Jake! Menos mal.
Jake ordenó que reunieran muchas cuerdas para intentar subir otra vez el barco. Cuando ya reunieron muchas cuerdas, algunos de los tripulantes bajaron para atar las cuerdas. Al cabo del rato subieron los tripulantes y dieron la voz para que estiraran y subieran el barco. Los tripulantes nerviosos y angustiados estiraron y estiraron, pero hubo tan mala suerte que se volvieron a partir las cuerdas.

martes, 18 de marzo de 2014

lunes, 10 de marzo de 2014

Pedro Serrano Conde


Al siguiente día de aquella tragedia, los navegantes y el capitán se pusieron en marcha a por el barco francés. Cogieron cuerdas, ganchos , etc y armamentos por si volvían a atacarle los alemanes.
Todo estaba preparado y los franceses se pusieron en marcha a por el barco francés. El primero que se tiró fue un navegante especializado en bucear, pero a lo que le tenían miedo era a la orilla porque allí, era donde se encontraban la mayoría de los tiburones.
Unas horas más tarde vieron que se iba acercando el barco alemán por el fondo, pero ellos ya tenia el barco casi ''en las manos''. El barco hundido pesaba unas 5 toneladas con lo cuál era muy difícil extraerlo.
Al final de todo los navegante ataron aproximadamente 20 cuerdas y estiraron, pero cuando ya lo tenían casi flotando, las cuerdas se rompieron y el barco volvió a quedar otra vez hundido.
Los navegantes tristes se pusieron furiosos, no sabían que hacer y el capitán le echó una buena bronca. Ellos dijeron que lo intentarían otra vez , pero el barco alemán cada vez estaba más cerca y ellos venían armados aun más.
Jake avisó al capitán que cada vez se iban acercando más y Jake le dijo que era la hora de activar los cañones por si le atacaban. El barco todavía estaba hundido, y ,ellos ahora se centraban en cómo atacar al barco alemán.